Recopilación ritmos latinos
Si nos dejan
Nos vamos a querer
Toda la vida
Si nos dejan
Nos vamos a vivir a un mundo nuevo
No hace falta que nos remontemos a 1840, cuando nació el bolero en Cuba. Nos vamos a nuestra época, con un cuarteto de la capital del Pisuerga que nos propone un viaje por los boleros, que hemos llamado Tributo a los boleros y… más.
Elementos rítmicos y nuevas formas de composición configuran unos temas que han generado subgéneros diferentes, que animan al ritmo, con temas sugerentes y movimientos que invitan a disfrutar de los boleros.
Avalan estás palabras, boleros como:
- Solamente una vez
- Bésame mucho
- Sabor a mi
- Contigo aprendí
- El camino de la vida
- Piensa en mí
Títulos que seguro recuerdan, pero más vale un bolero que mil palabras. Para animarles a disfrutar de este Tributo a los boleros y… más….. escuchamos a Lágrimas negras.
¿Quiénes componen este Tributo a los boleros y… más?
Este Tributo lo componen la unión de un guitarrista excepcional Benito Gutiérrez, la sorprendente voz de Patricia Carricajo, la elegancia del contrabajo de Miguel Ángel Varela y la calidad en la percusión de Juan Carlos Calvo y juntos, han seleccionado un amplio repertorio que destaca por su buen gusto y un trabajo musical elaborado donde no sólo hay boleros.
¿Qué es Tributo a los boleros y… más?
Tomamos las palabras de Carlos Arboleda para definir el Tributo a los boleros y… más que proponemos.
Es inexcusable que cuando los amantes se miran a los ojos es cuando suena un bello bolero y en escena es música, poesía, sentimiento y razón. Afirmamos que el bolero se baila con sentimiento, se escucha con nostalgia y se bebe con alegría.
Compruébenlo
Porque cada uno tiene su bolero para bailarlo, escribirlo, cantarlo o dedicarlo. Entre el beso y la ausencia, entre el abrazo y el amor perdido, entre el recuerdo y el olvido, están escritos, bailados y cantados todos los boleros. La intimidad y el adiós se parecen a un bolero. Toda poesía de amor es un bolero que se escribe entre los rumores del recuerdo, de la lejanía y del deseo.
Lo único que sabemos bailar, sin saber, es un bolero. Pero nadie baila a solas un bolero. Entonces, no hay necesidad de definir qué es un bolero. Todos lo llevamos en el alma.